12 jul 2013

No postergues tus sueños...

No postergues tus sueños. Aunque no lo pienses hay cosas en la vida que sí tienen tiempo de caducidad.

Recuerdo perfectamente que detrás de mi pregunta ¿ahora que tenemos que hacer? llegó otra que rondaba en mi cabeza ¿como puedo hablar con un oncólogo? 

Muy a mi pesar dos meses antes a mi valoración a una de mis amigas le habían diagnosticado un cáncer de mama y mi mayor miedo se hacia mucho más latente después de mantener conversaciones sobre el futuro y los deseos.

Me acababan de decir que tenía cáncer y mi mayor anhelo mantenido desde que tengo conciencia de la vida, desapareció como un truco de magia. Visto y no visto.

Siempre he querido ser madre. Y ser consciente que mi futuro mas inmediato pasaba por "las químicas" significaba casi matar en vida mi mayor sueño. Necesitaba saber qué opciones tenia. Qué me ofrecía la ciencia para poder cumplir mi sueño, antes de pasar por todo este proceso. En mi mente estaba congelar óvulos. Convencida que saldría de este reto, no quería dejar pasar la ocasión de hacer todo lo que estuviera en mi mano. Aquel mismo día desde la planta cuarta salió una instancia para el departamento de oncología.

Cinco días después entraría por primera vez en el Hospital de día del Hospital Universitario de San Juan. Mi primera de muchas visitas de los próximos diez meses. Sin entender el procedimiento, veía mucha gente. Era casi evidente quien era paciente y quien era familiar. Los familiares tienen los ojos impregnados de tristeza. Los pacientes tienen una mirada de esperanza. Luego están los signos reconocidos por todos, pañuelos, cortisona, delgadez que hacen más patentes quien si y quien no pasa por esta experiencia.

Aquella primera visita al departamento de oncología con Dra. Mª Ángeles Cristina me dio mucha información. Allí la vida va muy lenta en el espacio tiempo y a la vez rápida para salvar el ultimo suspiro de aquellos que tienen mil posibilidades más. Aquel día supe en que consistía mi tumor. Tuve una clase magistral de mi oncóloga. Entendí sus cuatro fases. Imaginaros una tubería cortada. En su interior comienza todo. Como cuando se obstruyen por la cal o suciedad. Así es como se inicia un tumor de colon. Ufff¡¡¡¡ tengo tanto que contaros que me pierdo entre lineas....sigamos con mi sueño.

Yo quería ser madre y después de dos semanas ingresada y con mi diagnostico confirmado, me mandaron para casa. Me llamó la atención que así fuera y que entrara dentro del protocolo de actuación. "Te vas a casa, ya te avisaremos cuando te operamos, tienes unos días para ordenar tus cosas". Sí, te dan la noticia y te vas a arreglar tus cosas. Necesitas poner orden a tu vida, aunque no sepas por donde empezar. Una tiene una vaga idea de lo que le viene encima, porque todo lo siguiente, es un plano desconocido que vas descubriendo paso a paso. Es como hacer una yincana, a diferencia de que las pruebas las haces tu solo, siempre en algún lugar cerrado, hospital, casa, habitación y cuya única finalidad es seguir viviendo.

En esta prueba nadie te advierte de la realidad, porque nadie sabe cual será. Solo tienes que re-ordenar tu vida. Si cuando estamos bien nos sentimos incapaces, cuando estamos mal se convierte en una odisea. Comunicárselo a tu familia, luego a los amigos, detrás vienen los del ámbito laboral y posteriormente al final sin tu creértelo todavía, te lo tienes que decir a ti. Si estás enferma. Y nadie te preguntó si querías aparcar tu vida, como cuando aparcas un coche. Sabes que no volverás a conducir el mismo coche en mucho tiempo y necesitas poner una funda, como esas antiguas de los coches, para que cuando vuelvas de nuevo a ponerte delante de él, la carrocería no se haya estropeado por culpa de los avatares de los muchos días que lo dejaste aparcado.

Por un acuerdo entre el Hospital y la Fundación del Instituto Bernabeu pase durante el mes de julio por una pruebas y el resultado fue más duro que saber que tenía cáncer. Yo, Begoña no podría ser madre con mis óvulos. La naturaleza tiene sus ciclos y según el ginecólogo el mio estaba en su fase final. 

Mis 44 años no me hacían una candidata idónea para someterme a un proceso intenso de ovulación donde la Fundación se aventurara por mi sueño y que después de pasar mi enfermedad pudiera realizar un proceso de fertilidad. Si hubiera tenido ocho años menos, el Instituto Bernabeu no hubiera dudado en apostar por mi.

Aquel día salí de la consulta lo más erguida posible y rota en mil pedazos por dentro. Llore. Lloré hasta que me vacié de pena. Cada recuerdo de cada día que postergue mi decisión de ser madre fue una incisión mas profunda en mi herida. Durante 20 años me había pasado la vida encontrando justificaciones, el trabajo, mi concepto personal de familia, que se fue modificando como iba ganando años. Al principio no quieres hacerlo sola, cuando ves que no tienes a la persona con quien compartir algo tan maravilloso como ser madre, te planteas el porqué no sola. Y claro hacerlo de una forma u otra, te aporta más justificaciones para seguir postergando una decisión que nunca tomarás. Nunca encontré el mejor momento y cuando pensé que era el mejor momento, la vida se encargo de torcerse en la primera esquina y mi momento se esfumó.

No puedo decirle a nadie lo que tiene que hacer, solo puedo sacar mis propias conclusiones y mi propio aprendizaje de mi experiencia. Y lo que puedo compartir es que todos llenamos la vida con miles de justificaciones. Y cuando las vamos creando dejamos de pensar. Dejamos de involucrarnos en nuestra vida. Dejamos pasar el tiempo buscando unas condiciones, unos requisitos que nunca llegaran porque no cambiamos nada para que puedan llegar.

Cuando justificamos nuestros hechos sabemos y somos conscientes de una forma inconsciente que lo que hay detrás nunca, nunca sucederá. Sería bueno empezar a hacerse nuevas preguntas ¿que me frena realmente para hacerlo? ¿que necesito para llevarlo acabo? ¿con quien o que cuento para conseguirlo? ¿como puedo tener o disponer de lo que me falta? ¿realmente lo deseo? ¿que estoy dispuesto a hacer para conseguirlo?

La vida pasa. Y si las justificaciones toman un protagonismo en nuestra vida, ésta va quedándose más vacía cada día. Tal vez sea momento de pararse un poco y pensar que cosas tenemos postergadas por excusas. Tal vez sea momento de analizarlas una a una y tomar decisiones. Si te apetece seguir leyendo escribí sobre ello en el 2009. Toma de decisiones.

No sé, tal vez tengamos que plantearnos como afrontamos nuestros sueños. 
Soñar es realmente bonito.
Vivir los sueños es realmente vivir la vida.

Begoña.

4 comentarios:

  1. Begoña, gracias por tu generosidad al compartir algo tan intimo.
    No quiero darte un consejo, porque cada vida es unica. Me ha gustado lo que has dicho de plantearnos como afrontamos nuestros sueños.
    ¿Sabes? A mi, cuando un sueño grande se frusta, me gusta mirarlo con pespectiva y con confianza. Con perpectiva, mirandolo mas alla del corto plazo. Y con Confianza en Dios. Si el sueño era bueno de verdad, Dios me dara herramientas.
    Es decir, en otras palabras, cuando se cierra una puerta, Dios te abre una ventana!!!
    Un beso enorme!!!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Elida. Comparto plenamente tus palabras. La vida me ha demostrado con creces que que sabemos transformarnos con todo aquello que tenemos a nuestro alcance así como cuando estamos preparados para recibir las cosas, las herramientas llegan.
      Me queda mucho por vivir. Y aunque mi sueño se haya desvanecido se que otros llenaran mi alma.
      Muchisimos besos, y gracias por pasar por este rincón.

      Eliminar
  2. Begoña... no puedo expresar con palabras los sentimientos que me despiertas, pero si me dejas voy a pedirte algo: no dejes de escribir de esta manera, no dejes de mostrar la fortaleza que tienes y todo lo que mereces recibir.
    Tu estas aquí porque este mundo necesita personas como tu, que muestren el camino a otros, que los hagan sentir, vibrar, y tomar contacto con ese alma que todos tenemos (cientificamente pesa 21 gramos) y que muchos dejan de percibir o nunca tuvieron la oportunidad de esa conciencia.
    Las cosas no suceden por nada, es solo con el tiempo que comprendemos y en muchos casos si no estamos conectados desde el alma... ni eso.
    Te quiero no por lo que eres para mi, sino por quien eres. Un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Marta. Sinceramente yo lo veo desde otra perspectiva. Pienso que todos en un momento dado, cuando la vida nos pone de frente algo importante para nosotros, ésta nos da las fuerzas necesarias para poder afrontarlo. No somos más valientes, somos iguales que tu y que otros, porque estoy segura que tu has sacado mucha fuerza y valentía en otras experiencias de tu vida, por lo que todos al fin y al cabo, todos somos todo aquello que ahora tu ves en mi.

      Seguiré escribiendo.... no lo dudes, pues está siendo como una desintoxicación y eliminación para mi de todo los restos que deja esta enfermedad y si a la vez te hace vibrar y sentir, entonces vale la pena.

      Gracias por quererme así. Y no lo dudes el cariño es reciproco.
      Un beso.

      Eliminar